Puede entenderse que el tertuliano de turno, opinador de todo y con la riñonera bien cubierta, se atreva con su valentía habitual a decir que nuestro sistema educativo bordea permanentemente el desastre. Lo que no debiera permitirse es que esa impresión se asentase entre los profesionales de la educación ni entre padres y alumnos.
Conviene, antes de avanzar, recordar que los beneficiarios de la acción educativa son alumnos, padres y el conjunto de la sociedad: la satisfacción de los trabajadores de la enseñanza, siendo un objetivo deseable, no puede convertirse en el eje de la política educativa.
Volvamos al inicio: ¿es el sistema educativo español peor que el de los demás países de la OCDE? Planteemos la pregunta con más distancia: ¿es el rendimiento educativo una consecuencia directa de la riqueza media por habitante? De forma global, parece existir un ajuste bastante acusado (R2 superior al 40%) entre rendimiento y PIB: más riqueza y mejor rendimiento parecen darse de forma conjunta. Sin embargo, algunos países, por ejemplo, EEUU o mediterráneos como Italia, Grecia o Portugal presentan un comportamiento inferior al pronosticable según su PIB. España se sitúa en la posición esperable en función de su PIB, sitúandose prácticamente encima de la recta de regresión.
En todo caso, podría decirse que la clave reside no en el PIB sino en el porcentaje de este que se invierte en educación. En este caso, el ajuste es menor al de PIB-rendimiento (solo un 12%), lo que indicaría que las políticas educativas, más allá de la inversión, repercuten en los resultados. España se coloca ligeramente por encima de la posición que conforme a su inversión educativa podría esperarse.
En resumen, el sistema educativo español es capaz de ser ligeramente más exitoso de lo que le correspondería en función de la inversión en educación y nos sitúa en el puesto que nos corresponde por PIB por habitante.
Saliéndonos del Informe PISA disponemos de más datos para descartar cualquier visión apocalíptica. Por ejemplo, conforme a un estudio del año 2002, realizado por FERE (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza), mediante 1.400 entrevistas a padres de centros privados y públicos, se observa que no parece predominar una percepción apocalíptica de la enseñanza: más bien al contrario, los padres tienden a encontrarse satisfechos con los centros al que llevan a sus hijos. Así, ante la pregunta: “¿En qué medida está Ud. satisfecho con el colegio al que acude actualmente su hijo?. Le pedimos que valore esta satisfacción entre el 0 y el 10, donde el cero representa que Ud. no está nada satisfecho y el 10 expresa que Ud. está muy satisfecho”, el resultado medio es de 7,6, lejos de cualquier sensación de fracaso.
Más aún, en perspectiva evolutiva, los padres españoles con hijos en edad escolar entienden que la enseñanza que imparten tanto centros públicos como religiosos se ha mantenido o ha tendido a mejorar (particularmente en el caso de la enseñanza pública). En ese mismo estudio, y ante la pregunta: “En los últimos 20 años, la enseñanza que imparten los centros públicos ...., ha empeorado, se mantuvo o mejoró”, el 45% señaló que ha mejorado, frente al 23% que percibe deterioro. Con menor intensidad, los padres también observan mejora en los centros privados.
Una vez expuestos los datos leamos, por ejemplo, lo que dejó por escrito, en el espacio de Opinión, a toda página, de La Gaceta de los Negocios del pasado 27 de julio, el insigne liberal L. Bernaldo de Quirós, hasta hace poco director de estudios del Círculo de Empresarios, institución presidida por Claudio Boada y entre cuya Junta Directiva se encuentra lo más granado de la alta dirección española. Dentro de un artículo titulado ¡La educación, estúpidos!, destacado en un tipo de letra mayor, de Quirós afirma:”La educación pública (bajo la que el articulista engloba toda aquella que no es privada no concertada) en España está en una situación lamentable, según todos los informes públicos y privados, domésticos e internacionales disponibles”. Como respuesta a este diagnóstico, el articulista proponía el cheque escolar. Cabe hablar del remedio, pero basta destacar que el diagnóstico es totalmente erróneo conforme a lo que se ha descrito con datos en este artículo. Si quien ha sido director de estudios del Círculo de Empresarios es capaz de inventarse la realidad, olvidar la satisfacción de los clientes (en función de los que debe orientarse un servicio público según el liberalismo económico), publicar su errores en un diario económico de primera línea, proponer remedios para diagnósticos imaginarios,...., convendría que los profesionales de la educación empezaran, empezásemos, a afinar el oído ante los discursos catastrofistas para diferenciar las áreas de mejora de nuestro espacio de intervención social de lo que es pura basura interesada. Y de paso, sería bueno que medios de comunicación pensasen en manos de quien dejan los espacios de análisis de la realidad. A no ser, por supuesto, que la realidad les importe un carajo
Post anteriores.
El Informe PISA 2003 (III): clases sociales y rendimiento
El Informe PISA 2003 (II): equidad y sistema educativo
informe pisa 2003 para saver como estava españa en el 2003
Publicado por: Aitor | octubre 19, 2005 en 11:44 a.m.
El la actualidad, españa continua bajando puestos del informe pisa, ya estamos por debajo de la media, es decir cada vez somos menos listos.
Publicado por: aitor | octubre 19, 2005 en 11:45 a.m.
Nadie quiere darse cuenta, porque en realidad todos tenemos parte de culpa, pero vamos de mal en peor. Los valores se han perdido y los alumnos ya no necesitan esforzarse por nada.
Te invito a leer mi artículo al respecto: Trivial Pursuit edición LOE
http://www.terceraopinion.net/2009/06/28/trivial-edicion-loe/
Un saludo.
Publicado por: Tercera Opinión | junio 29, 2009 en 12:31 a.m.