Pues nada, por fin un post no relacionado con lo laboral, aunque tampoco demasiado currado: comentarios alrededor de otra buena "tanda" de lecturas:
- Un pistoletazo en medio de un concierto. Acerca de escribir de política en una novela. Belén Gopegui. Desde hace tiempo estoy entregado a Gopegui, prácticamente a todo lo que escribe (de hecho, tengo un post a medio hacer sobre Lo Real, que para alguien de investigación de mercados impresiona por la documentación que ha debido recoger la autora). Un pistoletazo.... recoge una conferencia de la autora siendo por tanto relaticamente breve: peso a ello regala una buena cantidad de hermosas píldoras y aborda un objetivo ambicioso y complejo, la ideología en la novela, satisfaciéndolo. De lectura muy recomendable (sobre todo, si a priori te molesta la ideología en la novela), y de muestra, un botón (el mismo que rescata Rafael Reig al comentar la obra):
Cada vez que se enciende un ordenador ocurre una situación paradójica. Porque, en teoría, el ordenador no sabe hacer nada hasta que se carga el sistema operativo, el conjunto de programas que residen en el disco duro y gestionan los recursos del ordenador. Se necesita, por tanto, un mecanismo de arranque que sea capaz, digamos, de darse instrucciones a sí mismo y logre cargar ese conjunto de programas que gestionarán el resto de las operaciones. Las novelas, a mi modo de ver, no son ese mecanismo de arranque. Las novelas se parecerían más a los programas con que gestionamos algunos de nuestros recursos reales e imaginarios. Sé poco de informática, pero me gusta mucho mirar el momento en que se carga el sistema. El ordenador va reconociendo de qué está hecho y va poniendo en marcha sus distintas capacidades. Si el sistema económico fuera otro, entonces el mecanismo de arranque cargaría, junto con los demás programas, otras narraciones, otras formas de imaginar la vida y de contarnos lo que nos pasa.
Otra reseña, del siempre interesante Salvador López Arnal, aquí
- Malos tiempos, de Carlos Gimenez. Editado en 4 "cuadernos", todos ellos absolutamente recomendables. Cada historia es un puñetazo en el estómago: las narraciones no son excesivamente complejos pero sí ricas en puntos de vista, ajustadas en la resolución y demoledoras en el dibujo.
- Los profesionales, de Carlos Gimenez. Leído antes de Malos Tiempos, y si no hubiera leído Paracuellos en su momento, después de leer Los Profesionales casi seguro que no me hubiera lanzado a por Malos Tiempos: completamente centrado en un momento y entorno que me resulta del todo ajeno (agencia de dibujantes en la Barcelona de los 60-70´s), no logré empatizar con temas, tramas y personajes .
- Momentos estelares de la humanidad, Stefan Zweig. El autor narra catorce momentos que entiende críticos para el desarrollo de la humanidad. En particular me resultaron atractivos la caída de Bizancio, el nacimiento de La Marsellesa, la conquista del polo sur, la batalla de Waterloo y la instalación del cable por el que circuló la primera conexión telefónica entre Europa y América (mientras que me dejó algo frío el tratamiento del mítico tren que recorrió la Alemania de la PGM transportando a Lenin con destino a la estación de Finlandia). La lectura del libro es tan sugerente que me la pase con el portátil abierto para profundizar en los lugares y protagonistas que van apareciendo. Solo dos "peros": 1) demasiada atención al "genio", al protagonista, a la personalidad, como actor decisivo del cambio social, perspectiva que responde a una comprensión conservadora de la historia, perspectiva que no coincide con la biografía del autor, perseguido por el nazismo y que decidió suicidarse exiliado en Brasil en 1942, inmediatamente después de la caída de Singapur, convencido del triunfo de los nazis en la SGM) y 2) perspectiva excesivamente europea: todos los episodios son eurocéntricos. Quizás, a cambio, sea ésta también uno de los atractivos del libro, que resulta ser un hermoso homenaje a la tradición cultural europea.
- Justamente, la siguiente reseña trata de un libro que pretende exactamente por lo contrario: Los orígenes del mundo moderno. Una nueva visión, de Robert B. Marks, apuesta de manera decidida por narrar la historia moderna (arrancando desde el análisis de los flujos comerciales alrededor de 1400) desde una perspectiva policéntrica y, con la pretensión de fondo de deslegitimar los discursos sobre la búsqueda de la especificidad europea que explicase el "ascenso de Occidente" y, un paso más allá, cualquier atisbo de "superioridad" de los diferentes elementos diferenciales de Occidente (protestantismo, capitalismo, democracia representativa, Estados-nación...). Quizás el objetivo resulta excesivo para los recursos/justificaciones aportados (no significa esto que no comparta la pretensión del autor), ya que una narración relativamente cuidada de la historia moderna con una perspectiva no eurocéntrica en 350 páginas supone un considerable esfuerzo de síntesis como para adentrarse en una análisis comparativo de modelos políticos e ideológicos. Lo que sí logra el autor es una lectura ágil y un enriquecimiento de perspectivas sobre fenómenos y momentos concretos: la globalización ... de la peste, el protagonismo del comercio en el Índico previo a que los portugueses doblasen el cabo de Buena Esperanza (y como pudieron conquistar ciudades apenas fortificadas por su orientación al comercio), el modo en que las crisis internas en China limitaron su expansión en el Índico, la relevancia de la plata de América para China (al ser su moneda), como emerge la ideología liberal en el Reino Unido justo al perder sus colonias en Norteamérica, la forma en que la relación entre algodón, esclavitud e industrialización en el Imperio Británico fue el origen de la desindustrialización textil en la India, la introducción del opio en China,.... Si bien creo que resulta insuficiente en su ambición más ideológica, el libro logra sin duda desarrollar una mirada poliédrica sobre la historia moderna que hace percibir los diferentes e imbricados factores que subyacen a fenómenos que tienden a ser descritos de manera más simple y unívoca. Otro gran hallazgo (partiendo de mi desconocimiento) es el concepto "antiguo regimén biológico" frente a "nuevo regimén biológico": la explosión demográfica de la industrialización se sustenta en la utilización de nuevas fuentes de energía que superan la dependencia de las energías renovables. O dicho de otra forma, es gracias a la explotación de carbón y, más adelante, petróleo, gas y nitratos, es decir, de la energía acumulada a lo largo de la historia del planeta (y sus formas de explotación-potenciación), como tiene lugar la superación de la dependencia de los ciclos naturales de recepción y recirculación de energia, y gracias a ello es viable la explosión demográfica.
- Por último, hablando de lecturas, el kindle. Hermoso y agradecido regalo que me hicieron, al que me lancé con ganas, pero me temo que de momento fallido en mi caso. El problema es que no me aporta nuevos momentos de lectura y aquellos de que ya dispongo, con solo dar salida a regalos y préstamos de libros en papel, quedan ocupados. En fin, quizás más adelante.
Joer Felipe, tus recomendaciones suenan la mar de interesantes pero me has dejado frio con el tema del kindle. Que un tío como tú no encuentre espacios para el reader, me hace pensar...
Publicado por: José Luis | febrero 24, 2010 en 10:41 a.m.
Es un tema muy marcado por tus "huecos lectores". En casa o de vacaciones, prefiero el papel, aunque solo sea por dar salida a los que me regalan. Y en desplazamientos, prefiero el móvil (BlackBerry), me da para sacar "curro" y para twittear o leer prensa. Vamos, creo que es muy dependiente del resto de dispositivos y tus huecos de lectura.
Saludos
Publicado por: felipe | febrero 25, 2010 en 09:26 p.m.