El clásico repaso de lecturas veraniegas, con retraso, y no muy numerosas.
- Los niveles del juego, de John McPhee en Editorial Dioptrías. Tenis&derechos civiles en USA, Arthur Ashe vs Clark Graebner, dos estilos de vida, de juego, dos dinámicas que se cruzan en la pista durante un partido. Recomendable.
- Asesinato en el Comité Central, de Manuel Vázquez Montalbán. Ummm. Ummm. Y re-ummm. Pues no sabría decir. Arranque estupendo. Algunas descripciones costumbristas del Madrid de finales de los 70´s que parecen de una guía cutre, cargada de topicazos. Y el rollito guay&gastronómico del personaje que me carga. Pero un par de vueltas de tuercas chulas en el desarrollo y el tema me dejan con una sensación de “bueno, venga, vale”.
- La Gran Armada, de Colin Martin y Geoffrey Parker. Leído de viaje por Escocia, lo que ayuda a meterte en situación (de allí es uno de los autores, de hecho). Seguro que mi desconocimiento del lenguaje naval es un obstáculo para haberla disfrutado más, pero buena lectura. Tiene una lectura en forma de sociología de las organizaciones bastante interesante.
- El maestro en el erial, un magnífico libro de Gregorio Morán sobre Ortega y Gasset, su vuelta a España tras el franquismo y su papel en ese desierto intelectual. España volviendo a la escolástica en 1940, Ortega y sus albaceas fingiendo “silencios cargados de razón”… Me animé a leerla tras “El cura y los mandarines”, del mismo Morán, y aunque con mucho menos escandalera, es claramente mejor libro. Morán tiene la misma mala leche, pero mejor encauzada. El libro analiza, construye, no simplemente arrea salvajemente, como ocurre en “El cura…”. Menos asalvajado, más potente. Y, una diferencia relevante: se nota mejor editado y bien trabajado. Por sus circunstancias de publicación, a “El cura…” le faltaba una vuelta editorial (y quizás también por parte del autor), que aquí no se echa tan en falta (aunque presenta algunas reiteraciones), y eso permite leer a un Morán fino, fino. La mejor lectura del verano.
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