Aviso: textito bastante pesimista y basado en unos conocimientos de antropología limitados.
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Desde las teorías críticas con frecuencia se ha contrapuesto un optimismo antropológico frente a las lógicas del capitalismo y sus consecuencias.
De alguna manera, lo que de forma casi innata aparece de "inhumano" en el capitalismo (centralidad del mercado como ámbito que configura lo social, modelos de racionalidad contraintuitivos, cosificación del factor trabajo- es decir, tratar al factor trabajo como a cualquier factor de producción-, sometimiento de la vida a la producción) se enfrenta e impone a ese mundo nuevo que, decía Durruti, llevamos en nuestros corazones.
Ese optimismo antropológico se trataba de rescatar e identificar en los espacios no sometidos al mercado, se buscaba en los pueblos aislados, en modelos de transacción alternativos al mercado capitalista desarrollados a lo largo de la historia, en las breves experiencias de las euforias revolucionarias..., allí donde fuera posible.
Sin ese optimismo antropológico no estaba justificado una propuesta política transformadora. Sin él, ¿para qué? Una posible respuesta sería, una vez sustituido el capitalismo, crear "un nuevo hombre", al modo soviético forzando más allá de lo que eran sus límites y rasgos antropológicos.
Obviamente, este optimismo antropológico puede contraargumentarse: por un lado, es prácticamente indemostrable. Por otro, vivir es andar al borde del abismo, al margen del sistema sociopolítico en que nos desarrollemos. Ambos contraargumentos me resultan irrelevantes: ante el primero, precisamente, por ser indemostrable, prefiero optar por el optimista. El segundo, ya que siendo así, todo aquello que potencie nuestra capacidad de vivir en común y el cuidado mutuo amortiguará los dolores de estar vivo.
Hay un tercer contrargumento más preocupante. Se da por hecho una especie de naturaleza humana inmanente, que resulta continua a lo largo del tiempo. La cuestión es: ¿no crea el propio capitalismo una nueva antropología? ¿Casi 300 años de domesticación en el mercado no afectan? ¿A los modelos de pensamiento? ¿A los criterios de evaluación y de comportamiento? ¿No lo han hecho, por ejemplo, a la idea de niñez, a la concepción de locura?
La antropología, precisamente por ese afán inmanente, no tiende a estructurar la historia en fases. Pero quizás al igual que en geología se defiende que estamos en una nueva era, la era antropocena, ¿no habría creado el capital una nueva era antropológica? ¿Una era antropológica en la que precisamente la "naturaleza humana" funcional sea la que resulte funcional para el propio capitalismo? En el ámbito del consumo y la comunicación publicitaria observamos como, de manera recurrente, el individuo como consumidor adopta modelos de comportamiento de las marcas (el concepto de "marca personal", por ejemplo, no es más que una cristalización de esta dinámica), de manera que trata de optimizar su posición en el mercado. Igualmente, la mítica del emprendedor, es esencialmente la idea del capital humano explotándose a sí mismo. O el fenómeno de la inversión en uno mismo..., y tantos otros que indican una colonización por parte del mercado no solo del lenguaje, ni de las prácticas, si no más allá, de la propia concepción de lo naturalmente humano. Si así fuera, el optimismo antropológico que sustenta cualquier perspectiva transformadora quedaría imposibilitada por ser ya no solo anti-sistémica, también anti-humana: más bien al contrario, el modo de ser en el capitalismo habría terminado por ser el modo natural de ser.
Creo que el optimismo antropológico nació en una época donde todavía era posible llagar a poblaciones que había tenido escasísimos contactos con la cultura occidental, de alguna manera se consideraba su vida como genuina e in-corrumpida. Al día de hoy es prácticamente imposible encontrar a estos grupos humanos, por tal razón creo que el optimismo antropológico como tal ha muerto.Sí es cierto que es siempre más común escuchar de personas que abandonan todo para regresar a una vida más pura y lejos de la civiltad occidental, pero bien como dices tu en el tercer contrargumento, después de tantos años de civilización capitalista, de bombardeo mediático, de creación de necesidades que no son necesidades, estas vidas más que ser un regreso a lo autentico, me parecen una parodia de lo que tuvimos antes y que destruimos lentamente. De todos modos, muy buena reflexión :) Giulia
Publicado por: Giulia | enero 30, 2017 en 05:04 p.m.
¿Muerto el optimismo antropológico? Sólo en la academia. En la cultura popular está vivito y coleando, yo diría que es uno de los grandes mitos de nuestro tiempo. De hecho me pasé unos cuantos años trabajando para una estrella de la BBC con ese discurso
https://www.tawai.earth/
¿Sabes como llaman los Piró de la Amazaonía a los blancos? "los dueños de objetos" Hay abundante literatura describiendo la sorpresa de distintos pueblos indígenas ante nuestras extrañas avaricias consumidoras.
Te dejo por ejemplo una cita reciente del chamán Yanomami Davi Kopenawa: “But the white people are other people than us…Now they possess a great number of machines and factories. Yet that still isn’t enough for them. Their thought remains constantly attached to their merchandise. They make it relentlessly and always desire new goods. But they are probably not as intelligent as they think. I fear that this euphoria of merchandise will have no end and that they will entangle themselves with it to the point of chaos.”
Pero si, tienes razón, es posible que a estas alturas estemos demasiado troquelados por el mercado y el comercio como para ser capaces de salir de ello.
Publicado por: Jero | agosto 07, 2018 en 09:31 p.m.