Realmente, de lo que va de año, ya que no reseñé las lecturas primaverales.
- Tiene que ser aquí, de Maggie O´Farrell. Bien, pero muy lejos de la maravilla que es Hamnet, se queda a años luz. Lecturas demasiado seguidas del mismo autor no suelen funcionar...
- ... excepto si eres Sven Lindqvist... qué barbaridad su "Historia de los bombardeos", leído casi inmediatamente tras finalizar su "Exterminad a todos los salvajes", otra barbaridad. Decía antes que no es recomendable leer demasiado seguido... pero siempre hay excepciones. Los dos libros, que en cierta medida son el mismo, tienen 1000 ideas/aprendizajes, enhebran los miedos de cada momento histórico con la ciencia ficción (en Historia de los bombardeos), o las narraciones de los exploradores de las épocas coloniales de Francia, RU o Alemania con la literatura (por supuesto, con Kurtz, Conrad y El corazón de las tinieblas) y la prensa del momento y los imaginarios sociales que construyen, de manera que se ve como la expansión del imperialismo llevaba asociada la expansión de una visión de los colonizados como bárbaros a exterminar (cuando, en 1600 o 1700, las culturas africanas eran exóticas, pero no "malvadas"). Imposible reseñar todas las líneas de pensamiento que abren ambos libros, pero hubo un apunte que me impactó particularmente: el bombardeo de Guernica reproduce la experiencia del bombardeo de Chefchaouen, en ese momento en disputa como territorio español, realizado en 1925 tras demanda española por mercenarios americanos contratados por el gobierno francés. El ejército español, al igual que en Guernica, incapaz por sí mismo y "externalizando" a aliados (nazis una vez, mercenarios otra), fue responsable de uno los primeros bombardeos de la historia a población civil, sin capacidad de defenderse, a una ciudad "sagrada" para la tradición de la tribus del Rif. El ejército español ya tenía un modelo sobre cómo tratar al enemigo, que aplicaría al enemigo interno en Guernica como hizo al enemigo externo en Marruecos. Más allá, mucho más allá de este tema específico, los dos libros son altamente recomendables: eso sí, duros, muy duros, y en cierta medida oscurecen tanto la mirada como el alma.
- El poder y el dolor, de Antonio Elorza. Se trata de un libro sobre la relación Armenia-Turquía desde el genocidio armenio hasta 2020. Incluye por tanto lo referido a la última guerra alrededor de Nagorno-Karabaj, pero no, por tanto, el ataque directo de Azerbaiyán a Armenia en septiembre de 2022, avalado por Turquía y que aprovecha que Rusia, enfrascada en Ucrania, no está en condiciones de dar soporte a Armenia (a la que ha apoyado históricamente como herramienta para impedir, en su momento, el peso de la población musulmana en el Cáucaso, y ahora, para frenar las ambiciones turcas). Se nota que el libro es compendio de artículos en prensa y revistas: su interés queda lastrado por la reiteración de la misma entradilla o similar para cada artículo, necesario para un lector que llega vía prensa y necesita contexto, pero reiterativa cuando los lees del tirón en el contexto de una compilación. Tampoco ayuda una edición bastante descuidada, con errores tipográficos abundantes que, junto a un estilo "pesadote" del autor, hacen que la lectura no sea fluida. A cambio, ese avance temporal a través de artículos permite ver cómo la Turquía reciente bajo Erdoğan abandona la esfera de la UE, hace aún más intensa su represión de kurdos, armenios, alevís y laicos, se alía con el pujante Azerbaiyán (dos Estados, un pueblo) e impulsa el concepto/comunidad de Türksoy. Si estas esquinas del mundo te interesan, como por casualidades de la vida es mi caso, el libro te interesará.
- 1491, de Charles C. Mann. Un libro que se está "vendiendo" como revolucionario respecto a la imagen del continente americano antes de la llegada de Colón. La tesis fundamental del libro es que la imagen convencional de los pueblos originarios de América antes de los españoles es la de pueblos "ahistóricos", insertados en una convivencia extrema con la naturaleza, incapaces de avanzar y sofisticarse si se lee desde una perspectiva, respetuosos e integrados al máximo con su entorno, si se lee desde otra. En cualquier caso, serían pueblos que no cuentan con el motor que hace avanzar la historia. Y el objetivo del libro sería romper esa imagen, trabajando alrededor de tres ámbitos del momento precolombino: 1) recuperar la intra-historia de los diferentes pueblos nativos, entendiendo sus cambios y evolución interna e incluso la superación o hundimiento de civilizaciones o culturas previas 2) estudiar el modo en que esos pueblos han intervenido significativamente sobre la naturaleza: regadíos, construcciones, rutas, impacto y configuración de bosques y selvas... 3) analizar su expansión demográfica. Apoyándose en numerosas perspectivas (la evolución del maíz, el análisis genético de las poblaciones, la reconfiguración de los ecosistemas a raíz de la tipología de plantaciones...) y recogiendo debates abiertos (y reconociendo que no están cerrados), el libro desde luego consigue transmitir esa imagen. El único "pero" es que, quizás, el objeto de confrontación del libro (la imagen de los pueblos originarios como "ahistóricos") es un "hombre de paja". Si alguien, tras visitar Teotihuacán (como tuve la ocasión) y saber que se abandonó casi 1.000 años antes de los españoles, piensa que los pueblos americanos no "tenían historia" será de los que cree que las pirámides las construyeron extraterrestres. A estas alturas, mi sensación es que la imagen de "pueblos sin historia" quedó ya atrás hace mucho tiempo, aunque quizás no esté de más confrontarla de manera recurrente ante la persistencia de los revisionistas históricos.
- El Mago. La historia de Thomas Mann, de Colm Tóibín. Diría que entré por Thomas Mann y me quedé por la familia y sobre todo por su mujer, Katia. Esta biografía novelada resuelve rápido y con claridad lo referido a la homosexualidad de Mann para avanzar en las relaciones familiares, los orígenes/experiencias que subyacen y alimentan sus libros más relevantes, y la evolución de la figura pública de Mann (de conservador a antifascista). Para ser una biografía, es curioso (no sé si afortunado) que apenas haga referencia a los estados mentales y emocionales del autor: muestra su evolución vital, por supuesto sus deseos, pero no transmite si Mann era alegre o tristón, si le pesaba la complejidad de su familia, el modo en que encajaba los numerosos infortunios que tuvieron que abordar... Como curiosidad, me quedo con ganas de saber más sobre su mala relación con Brecht, con el que coincide en varios episodios de su exilio, siendo Brecht una de las personitas de la historia de la literatura que mejor me caen. Habrá que profundizar en los motivos...
- En busca del tiempo perdido, de Jacques Le Goff. Pues mira, yoquesé, que a veces conviene pensar en la librería un poco más antes de comprar. Ubicaba a Jacques Le Goff vía Foucault, que le reconoce como referencia, y a la vez tenía ganas de mundo medieval y Le Goff es reconocido como medievalista, así que me lo llevé. El libro es un análisis bastante descriptivo de La Leyenda Dorada, de Santiago de la Vorágine (arzobispo genovés benedictino allá por la mitad del XIII), una especie de Vidas de Santos, uno a uno, organizados alrededor del momento de la liturgia (uno de los pocos intereses del libro, más allá de ir reseñando casi santo a santo, es el análisis de la complejidad con la que se encontró Santiago de la Vorágine para estructurar el tiempo litúrgico, el tiempo natural y el tiempo histórico). Uno, que viene de matriz familiar católica, se pone y se lo acaba leyendo y le saca curiosidades (etimologías, el uso de los evangelios apócrifos...), pero lectura prescindible totalmente.
- Estados Unidos de Amazon: historia del futuro que nos espera, de Alec MacGillis. Su título original es Fulfillment: Winning and Losing in One-Click America, menos explícito y más sugerente, que juega con el nombre de una de las líneas de negocio de Amazon (Fulfillment) y con el doble significado del término: por un lado, cumplimiento, por otro, realización en términos personales. El libro recurre a ese estilo que me encanta de mezclar historias de vida con fenómenos sociales macro (como hace maravillosamente ese lujo que es El pueblo. Auge y caída de la clase obrera 1910-2010, de Selina Todd.), en este caso cruzándolo además con las diversas líneas de negocio (cloud, marketplace, delivery...) de Amazon y su relación&impacto con distintas geografías (Seattle, Baltimore, El Paso...). Las historias de vida son descendentes (evita, sin duda intencionalmente, las "vidas de santos" tan propias del sector alrededor de Bezos y similares), contextualizadas en trayectorias también descendentes de geografías y sectores (pequeño comercio, entornos industriales y sindicalizados). El pero del libro es que, en cierta medida, todo suena a esperable, reconocible y, en cierta medida, asumido: el éxito de Amazon, más allá de mayor o menor indignación moral por sus comportamientos y procesos, crea un mundo donde "el ganador se lo lleva todo", modelo que impide la cohesión social. Más allá de la sensación de que lo narrado es ya un "estado de las cosas", el libro tiene bastantes píldoras. Algunas de las que me llevo son el concepto de "monopsonio", el modo tan veloz e inmediato en que los "trabajadores cognitivos" progresistas de Seattle llegaron a cambiar su orientación ideológica en cuestión de meses ante cualquier percepción de amenaza a su estatus (como ejemplo de la fragilidad de las alianzas progresistas basadas en afinidades/estilos de vida y no en intereses de clase) o los muy diferentes planos en los que repercute esta frase de los célebres Principios de Liderazgo de Amazon: "Leaders have conviction and are tenacious. They do not compromise for the sake of social cohesion".
- Pero hermoso. Un libro de jazz. De Geoff Dyer. Retratos de diferentes protagonistas del mundo del jazz (Bud Powell, Chet Baker, Monk...), narrados, evocados, en apenas 20-30 páginas por cada uno, adoptando su momento/posición/punto de vista en cada caso..., con un estilo que funciona por sí mismo, muy lírico, algo arriesgado pero conseguido, pero que a la vez se enriquece si los cruzas/acompañas con los estilos musicales de cada uno. Entre las cosas que me dió por pensar está esa tendencia que tenemos a narrar las vidas según el tipo de fin que tienen. Sin duda todos los músicos que desfilan en el libro tuvieron vidas de éxito, fueron enormemente talentosos, fueron reconocidos, tuvieron disfrute y seguramente fueron queridos... pero como prácticamente todos (rasgo habitual en el mundo del jazz) acabaron mal (enfermedades mentales, drogadicción, deterioro físico, experiencias de racismo...), la narración de su vida queda gobernada en función del cierre vital: cada retrato parece estar hecho para explicar/justificar la conclusión y tratar de interpretar su vida desde el "tipo de cierre" como si hubiese sido un destino que vertebraba y orientaba toda su experiencia vital. Así, parece que la narración de la vida no se hace sobre cómo efectivamente vivieron si no partiendo del supuesto de que, si acabaron mal, la vida les fue mal, encadenando los distintos momentos como escalas hacia algo que "tenía que acabar mal". Esta estructura narrativa, que no sé si es intencional o no, pero que creo percibir en muchas biografías, me suena falsa, me suena cómoda, me suena a ignorar de verdad la complejidad y belleza de las vidas.