Reseña de un verano bastante lector:
- Los diques, de Irene Solà. Es la novela previa a Canto yo y la montaña baila, que me encantó (esa sonoridad, el juego de perspectivas, esa dulzura no exenta de crudeza...). Y no lo alcanza (Canto yo... me parece de lo mejor publicado en España en bastantes, bastantes años), pero está muy bien: comparte buena parte de sus fortalezas, quizás no tan redondas, extremadas y depuradas.
- Open. Memorias de Andre Agassi. Pues la lectura inesperada del verano. Recomendada por amiguete, no me imaginaba yo leyendo la biografía de este señor (que sí, que me sonaba quién era, pero ni el tenis me apasiona ni en concreto tenía una imagen de Agassi como alguien interesante)... hasta que empecé. De lectura muy, muy fácil, las narraciones de los partidos y los retos mentales asociados, los momentos críticos en cada uno de ellos, los rencores explícitos con otros jugadores, me han resultado de lo más interesante.
- La familia, de Sara Mesa. Aunque me costó engancharme, acabé deseando que se alargase. Una mirada combinada a una familia, estructurada en 10-12 capítulos-historias (donde van apareciendo personajes que complementan la perspectiva), cargada de malestar y enterrada en el marco que crean los padres. Descubriendo y avanzando en las fragilidades de los distintos miembros de la familia, en ocasiones produce mal cuerpo y pocas, muy pocas veces, deja espacio a la ternura. No me parece 100% redonda, pero una lectura recomendable.
- Atención radical, de Julia Bell. La decepción de este verano. Librito ligero, que se lee en apenas nada... y que apenas tiene contenido/aporte sobre un tema crítico. Constata algo a estas alturas evidente (la necesidad de proteger la atención), lo cruza con casos conocidos y temas que no terminan de estar engarzados (los incel, por ejemplo: correcto tenerles manía, pero no hay enlace en el libro, o muy periférico, entre incels y atención... podría existirlo, pero en el libro se mezclan sin engarzarse), citas de Simone Weil (pertinentes, que Weil es siempre pertinente..., pero de nuevo sin demasiada hilazón), casi cero aparato teórico y todo contado desde lo experiencial. Seguramente es que iba buscando otro tipo de libro, más aterrizado y eleborado. O que llegué tarde a él, cuando lo que dice es casi universal, pero Atención Radical se me quedó como un ejercicio construido de manera desligada, desde la primera persona y que, a estas alturas, dice lo que ya se da por descontado.
- Comuneros, el rayo y la semilla, de Miguel Martínez. En general, el movimiento castellanista me ha dado bastante pereza, como todo lo que huela a nacionalismo, y específicamente lo que me encontraba de chavalito en Madrid era un quiero y no puedo de manual, divisivo y sin recorrido. De ahí, los comuneros tampoco era un momento/movimiento histórico al que haya atendido. Será por estar bastante castellano últimamente, sea por amigos que podrían ser miembros del Nuevo Mester de Juglaría, sea porque había leído reseñas interesantes... ahí me lancé. Y casi acabé cantando aquello de "Si los pinares ardieron, aún nos queda el encinar"... Más allá del componente identitario/épico, el libro está realmente bien: arranca y casi finaliza con dos capítulos más "descriptivos" sobre los sucesos que dieron lugar a la rebelión comunera, su inicio y finalmente su derrota, capítulos entre los que queda inserto un análisis de las ideas comuneras (sus límites y sus resonancias con el momento actual), los posibles antecedentes o herederos del movimiento, o la estructura social de los actores de la rebelión. Se lee con agilidad, enriquecido con el cruce a otras referencias de rebeliones europeas, y permite a la vez conocer, más allá de Padilla, Maldonado y Bravo, a otros personajes... en concreto me descubrió a las (diversas e interesantes) figuras intelectuales que escribieron las crónicas, a favor y en contra, de la rebelión. De las ideas que transmite el libro, me quedo con dos 1) La percepción, sustento de la rebelión comunera, que tener un Rey "imperial" (más aún si era extranjero) no necesariamente era un buen negocio para Castilla 2) Que la derrota de las posibles libertades de las ciudades castellanas, muy cercana a las de las Germanías valencianas, es observada desde la distancia por el resto del Reino de Aragón o de Andalucía. Cuando llegue el ajusticiamiento de Lanuza , la guerra de los Segadors y la intención del Conde Duque de Olivares de imponer a otros Reinos la relación que el Rey tenía con Castilla tras derrotarla, todos ellos ejemplos de la imposición de la Monarquía sobre los fueros/derechos de los territorios hispanos de la Corona, no quedará nadie ni nada en Castilla que pueda ejercer de freno a la Monarquía y menos aún capaz de considerar/ofrecer modelos más respetuosos con la diversidad, sea territorial, sea de poderes.
- Contra el mito del colapso ecológico, de Emilio Santiago Muiño. El libro trata de estructurar y orientar un debate que está caracterizando (diría que también emponzoñando) el ámbito del ecologismo en España: ¿anticipar la llegada inminente de un colapso medioambiental es correcto en términos científicos? Y, en segundo lugar, ¿es útil en términos de intervención política? La posición de Santiago es que no en ambos casos. En relación a la primera pregunta, sin restar gravedad ni urgencia a la crisis medioambiental, buena parte de la argumentación de ESM se sustenta en consideraciones de definición del término: el autor opta por operativizar el término colapso asociándolo a Estado fallido, y desde ahí niega ni que estemos en colapso (de hecho, el Estado se ha fortalecido desde la experiencia pandémica) ni que parezca que a corto vaya a tener lugar... de hecho, uno diría que poner el umbral del colapso en un Estado fallido es definirlo de manera que prácticamente hace imposible que tenga lugar (los casos son mínimos en la historia, y casi siempre hay alguna otra estructura de poder que lo sustituye). Se trata de una opción que considero menos adecuada que alternativas que él mismo recoge (colapso como pérdida de complejidad social), pero que resulta operativa para justificar y orientar la segunda cuestión: que ese discurso de colapso resulta contraproducente para la intervención política. Esta segunda cuestión es algo que observamos en los estudios que realizamos sobre consumo y sostenibilidad: el discurso de "esto ya no tiene arreglo" dificulta el cambio comportamental, de manera que los individuos se desligan de su responsabilidad. Más allá de este aspecto, el enfoque de ESM es que el colapsismo se asocia a soluciones escapistas (sea en su versión más individualista "prepper" propia de EEUU, sea en microcomunidades, en su versión más europea) que, además de "egoístas", resultarán irrelevantes, insuficientes y contraproducentes cuando existe aún la posibilidad de disputar el Estado y con ello sus herramientas para gestionar la naturaleza de ese posible colapso (perspectiva que comparto: ¿de qué sirvió a los preprers su "preparación" en la pandemia?). Teniendo en cuenta que alrededor del debate sobre si colapsaremos o no al final hay, por un lado, una cuestión semántica poco operativa, y por otro, una serie de análisis científicos que soy incapaz de evaluar, diría que por mi parte casi que me da igual la primera pregunta y me importa más la segunda: sea como sea, es claro que para "colapsar mejor" si fuera el caso es preferible tener el Estado de nuestra parte, y que los mensajes catastrofistas y las prácticas preppers (sea de zumbados yankees, sea de utopías rurales) no aportan nada relevante ni útil al conjunto de la sociedad. Para una lectura mucho más crítica sobre el texto (arrancando con que el título parece estar hecho para que el libro lo compre un negacionista climático en una librería de aeropuerto), esta reseña de Jorge Riechmann, al que siempre hay que leer. Por último, destacar también que Emilio Santiago escribe muy bien, el muy interesante análisis sobre el Periodo Especial que vivió Cuba (como ejemplo de gestión de una pérdida dramática de insumos energéticos) y el ejercicio final de engarce entre tradiciones marxistas y ecologistas.
- La revolución pasiva de Franco, de José Luis Villacañas. Ufff, qué difícil reseñar este libro. Recomendación muy, muy fuerte. Un ejercicio que ensambla desde la perspectiva psicológica acerca de Franco (lo menos relevante, la verdad) con el modo en que constituyó las bases sociales de lo que aún es hoy nuestro país. Está lleno de temas en los que seguir profundizando: la ausencia de legitimidad de la Monarquía y en general de todo el poder desde 1910 hasta la República, que la Cruzada -y el liderazgo de Franco- se sustentase en un ejército "casi privado" compuesto de "infieles", el desprecio que suscitaba Franco en los jerarcas nazis, fascistas, monárquicos, Alfonso XIII y don Juan, buena parte de sus compañeros (... y a todos ellos les torció el brazo o los engañó), el modo en que Franco transita utilizando diferentes fuentes de legitimidad a lo largo de 40 años, los motivos y el proceso de abandono de la autarquía (inicialmente, un objetivo y una herramienta, no una consecuencia), el catolicismo como teología orientada al derecho, el africanismo (y por tanto el colonialismo) como marco mental del ejército español, el intento de creación de un pueblo afín vía la distribución de prebendas (el temor a que cualquier vuelta atrás les quitase esa portería, ese estanco, esas tierras recuperadas tras la reforma agraria, esa exclusividad en la distribución de un producto), la creación de una nueva aristocracia mediante el reparto de títulos nobiliarios (cuántos de nuestros nobles de apellidos compuestos son de origen franquista), la desconfianza en los reclutas, que históricamente habían abandonado al ejército profesional (los reclutas de Riego que se amotinan en lugar de ir a luchar por las colonias en América, los problemas con la leva en Cuba... este rechazo del ejército hacia los reclutas tiene un origen: y es que el absolutismo, tras 1812 y el protagonismo del pueblo contra los franceses, no quiso nunca un ejército nacional, de ciudadanos, quiso un ejército estamental), Alfonso XIII como un rey que ve la Constitución como una forma de camuflar su poder (tentación que siempre ha sentido el poder en España), la clara perspectiva de Franco de evitar que el 18 de Julio fuese uno más de los muchos pronunciamientos de la historia de España y que la Guerra Civil, con su crueldad, fuese la herramienta de crear "un nuevo pueblo", la estupidez y la cooptación falangista, siempre cargados de retórica, siempre dispuestos a subastarse, el Plan de Estabilización como la matriz que construye el tipo de Transición viable, apostando por un autoritarismo liberal (insertarnos en Europa con una población disciplinada por la Iglesia y despolitizada gracias al consumo y bajo la amenaza de la represión siempre disponible), la corrupción como estado natural de las cosas para las élites, con una sensación patrimonial respecto de un país "que ganaron", las camarillas en los últimos días de Franco... Librazo.
- El retrato de casada, de Maggie O´Farrell. Ando intensito con O´Farrell, a lectura suya anual casi desde que me encantó Hammett (que me he dado cuenta que no reseñé en su momento: una maravilla). En este caso, Lucrezia de Medici y su matrimonio con Alfonso, duque de Ferrara. De nuevo, lectura muy recomendable: por no hacer el post infinito, destacar solo el modo en que se observa la maduración de Lucrezia, sus tomas de consciencia... permitiendo avanzar al personaje sin rupturas.
- Piscinosofía, de Anabel Vázquez. Libro veraniego, pero no solo. Un mapamundi piscinero, cargado de referencias, piscinas míticas y mitos en la piscina, piscinas de mar y un mar de piscinas, unas gotas de Foucault (que en dosis siempre es bien), mucha arquitectura (típico texto que conviene leer con conexión al lado para profundizar en las referencias),... Piscinosofía permite el descubrimiento y la ensoñación alrededor de un universo que nos fascina: "un juego en el que participan el sol, el agua, el tiempo libre y la piel. Quién no querría jugar".
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