Lecturas del último trimestre, prácticamente todas préstamos, regalos y amigos invisibles:
- "Migración e intolerancia", de Umberto Eco Pufff, cuatro conferencias mal pegadas (y lo mismo hasta mal pagadas, porque huelen desde lejos a faena de aliño). Eco es Eco, pero es una lectura totalmente prescindible.
- "Todos deberíamos ser feministas", de Chimamanda Ngozi Adiche, regalo de amigo invisible. Librito ligero, charla TED que al parecer tuvo una gran repercusión y se convirtió en libro de entrada al feminismo en escuelas de muchos países. Para esa función parece un texto ideal: ejemplos en primera persona, empatía y capacidad de elevarse a conclusiones generales. Eso sí, es lo que es: un ejercicio muy introductorio.
- "El pueblo. Auge y declive de la clase obrera (1910-2010)", de Selina Todd. Un lujo de libro, una referencia para los que nos dedicamos a la investigación social. 100 años de evolución de la clase obrera en Reino Unido: la construcción de su identidad propia (vía representatividad -sindicatos, Laborismo-, vía socialización -espacios de trabajo y espacios de ocio-) y particularmente el momento y forma en que "pueblo británico" y clase obrera se confunden y asimilan (la experiencia de la IIGM, donde el sacrificio de la clase obrera frente a los bombardeos, en el frente y en la producción industrial) de forma que ya ni las élites ni las clases medias pueden negar derechos a quiénes han sostenido el esfuerzo bélico (mientras las élites huían a sus casas en las campiñas durante los bombardeos). Y mil cosas más: el momento en que la clase obrera se convierte en elemento de orgullo e incluso más adelante en moda, una potentísima mirada de género, la atención al peso de los empleados del hogar (a principios del siglo pasado, el sector de la clase obrera con más peso, que empiezan a ver regulado sus condiciones hacia 1920 mediante leyes que, oh, sorpresa, las élites rechazan bajo el argumento de que el Estado "se metía en sus casas" y "atentaba contra su libertad"), el impacto directísimo en las trayectorias de vida de las políticas de vivienda y educativas, la relación con la inmigración, el tatcherismo como atribución de culpas (a los "lumpen/gorrones", a la inmigración, a mí mismo vía ansiedad de "no salir adelante en un entorno meritocrático"...). Un libro de lectura riquísima, enhebrado con historias de vida y testimonios cruzados con la evolución legislativa y el análisis de medios. Lo dicho, mil lecturas posibles: una de ellas es la toma de consciencia de algo conocido pero poco explicitado, que es que el Estado de Bienestar (que es, entre otras cosas, un mínimo respaldo a todo individuo que es parte de una sociedad) no es algo "dado", es el resultado de una intencionalidad política clara que se construye precisamente a través del Estado. Este simple ejercicio de explicitar el origen del Estado de Bienestar tiene consecuencias inmediatas 1) lo que queda de Estado de Bienestar no es "el estado natural de las cosas" 2) Exige dominar el Estado, otorgarle centralidad y hacer ver su relevancia en tu cotidianeidad y trayectoria personal (te puede no importar la política, pero sí te importa que te atiendan en el hospital) 3) Exige explicitar desde el Estado que su rol no es la gobernanza, es construir bienestar para todos sus miembros. En resumen, el libro que me hubiese encantado escribir: no sería posible, ya no solo por mi incapacidad para hacer algo tan bien construido, si no porque en España no pudo producirse una asociación entre clase obrera y "pueblo" ya que un golpe de estado y una dictadura de 40 años destrozó la posibilidad de que la clase obrera accediera a una representación, ni formal ni simbólica, de lo que España era, y la España hegemónica durante tantos años trató (y trata) a sindicatos, partidos de izquierda y movimientos sociales como la anti-España.
- "Ella pisó la Luna. Ellas pisaron la Luna", de Belén Gopegui. Una preciosidad. Es, llevado a libro, una conferencia a la que pude asistir dentro un ciclo denominado Ni ellas musas ni ellos genios, que abordaba la relación de célebres parejas habitualmente descritas -con objeto de cuestionarlo- con un modelo en el que ellos son portadores de la llama de la genialidad y ellas las musas estimulantes de esa llama. Belén, hija del recientemente fallecido Luis Ruiz de Gopegui (responsable de la NASA en España y uno de los científicos con más visibilidad de la segunda mitad del siglo pasado en España), se separa de esta aproximación, la traslada a su entorno personal y recrea la vida de su madre en un contexto familiar profundamente marcado por la enfermedad de su hermana. A partir de ahí, narra la vida de su madre, rescatando episodios, evoluciones y reconocimientos, tratando los episodios de dolor con sensibilidad y siempre con esa capacidad de pasar de lo concreto a lo macro que tiene Gopegui, aunque frente a otros de sus textos (lógico por la temática y por ser en origen una conferencia) es bastante más "individual/particular". Hay un ejercicio al que anima la autora, y que he tratado de llevar a la práctica: preguntar a nuestras madres antes de que sea tarde.
- "Cómo ser una máquina", de Mark O´Connell. Absoluta ida de pinza: no del autor (bien escrito, con numerosos guiños y bromas que evitan la sensación de estar recorriendo una galería de iluminados, a los que en algún caso coge cariño), pero sí la temática. Miedo a la muerte + utopías tecnológicas= transhumanismo, descrito como movimiento social y cultural que trabaja con la ambición de superar los límites (biológicos, temporales, cognitivos) de la especie humana. Más que en su "marco teórico" (de escasa complejidad: jugárselo todo a la potencia de la ciencia mientras almacenas cadáveres para un supuesto momento de capacidad de "recuperarlos", el anhelo de migrar cerebros a plataformas tecnológicas, tecnologías antienvejecimiento...), el interés está en el paisanaje que va desfilando a lo largo del libro. Ricachones que no asumen sus límites mortales, iluminados de Silicon Valley (el lugar que habría que hacer desaparecer, o al menos, en el que cortar 2-3 cabezas de manera ejemplarizante), hackers con mal envejecer, individuos que quizás se acercaron con curiosidad pero apestan a aprovechados... todos ellos acaban generando una impresión bastante peculiar: mientras su ambición de origen es inmortalidad, grandeza, superación..., la imagen que acaban transmitiendo es que, pobres de ellos, son humanos, mortales, fallidos, y como tales, acabarán sus días con la decrepitud inherente a la especie y los pasarán con la misma normalidad que han tratado de rechazar. Es ejemplar el caso del gurú conferenciante de ambición trascendente pero que ahora pasa sus días en una nave de un polígono industrial con un almacén estilo Ikea en el que van guardando y etiquetando cadáveres y cabezas crionizadas. Más allá de las peculiaridades de los sujetos que pueblan el libro, y del estilo, amable y en ocasiones juguetón del autor, el interés del libro no está en lo que hoy el transhumanismo puede ofrecer: reside más bien en las reflexiones que despierta sobre nuestra autoimagen, del modelo de sociedad, la consciencia o la muerte (ocurre algo parecido con muchos debates en el ámbito de la Inteligencia Artificial, su interés principal se encuentra en los implícitos que hacen emerger sobre la inteligencia natural).
- "El lenguaje de las ciudades", de Deyan Sudjic. ¿Qué constituye una ciudad? Sudjic va cambiando permanentemente de perspectiva para hacernos reflexionar sobre la experiencia de la ciudad: nombres, monumentos, multitudes, transportes, transformación urbana, turismo, laissez faire vs planificación, la relación Estado y ciudades-Estado, la competición por la visibilidad global... Múltiples miradas, siendo esto quizás uno de los límites del libro: aborda tantísimos aspectos, todos tan amplios, que apenas esboza las temáticas. A cambio, es una fuente magnífica de referencias en las que ir profundizando: así, descubrí a Aldo Rossi y su espectacular cementerio de San Cataldo, el modo en que el contenedor marítimo cambió el comercio y la estructura de muchas ciudades (por ejemplo, dando pie al nacimiento de Canary Wharf) o la que fue la piscina más grande del mundo en Moscú y como terminó con una enorme iglesia ortodoxa encima,
- Vivian Gornick: de Gornick leí (y comenté en detalle), sucesivamente, Apegos feroces, Mirarse de frente y La mujer singular y la ciudad, que aunque no sean el mismo libro, pueden leerse como tal. En la contraportada de uno de ellos se apunta a que "puede leerse como una guía sobre como existir". Quizás por cómo llegué a ellos, o por el estilo de la autora, fue así como los leí y es desde ahí como los analizo: se trata de una guía no sobre como existir, se trata de una guía sobre cómo ha logrado existir y construirse la propia Gornick. Será por la edad que voy teniendo ya, pero tiendo a fijarme cada día más en nuestra enorme capacidad de autojustificarnos, en mi incapacidad para juzgar las trayectorias vitales y en cómo hacemos todos de la necesidad virtud: nos aferramos a principios conforme estos nos ayudan a soportar la manera en que hemos ido discurriendo a lo largo de la vida ("no tengo hijos por XXX" que alude a elevados principios y a la vez "tengo hijos por YYYY" que alude también a elevados principios... cuando si la vida te hubiese llevado por otro camino estarías aludiendo a los principios opuestos... y bien está que sea así: como decía un conocido, vivir es andar al borde del abismo, y todo lo que nos sujete, bienvenido será). En este sentido, lo que logra hacer Gornick en un demoledor ejercicio de comprensión de sí misma, de su trayectoria y de su entorno, es ir arreando una bofetada al lector cada 3-4 páginas a base de ferocidad y honestidad, de toma de consciencia... Así, golpe a golpe, en ocasiones hablando de sí misma y de su madre, en otras utilizando numerosas lecturas, o recurriendo a vivencias de su entorno/amistades/vecindario, va desafiando al lector y obligándole a sus propios ejercicios de autocomprensión. En esa ruta también va mostrando sus trucos, sus herramientas, para no caer en el abismo (la amistad, el feminismo, el sexo, la forma en que ha gestionado en distintos momentos sus relaciones de pareja, la multitud de la ciudad...). La contundencia en el análisis se acompaña de contundencia en el estilo: sin una palabra de más, agigantándose a lo largo del párrafo para llegar al impacto que te hace volver la cabeza, volver sobre lo leído o subrayar. ¿Es una guía sobre como existir? Es más bien el resultado a posteriori del modo en que alguien extremadamente afilado ha ido construyéndose con los mimbres y el contexto disponible para narrarse y entenderse a sí misma con ferocidad y contundencia, y a la vez para sujetarse ante los abismos que se le han ido abriendo conforme a las condiciones de su vida. Gornick se define como la mujer singular: aunque su capacidad de golpear al lector se basa sin duda en las similitudes que evoca, es una guía tan singular que deja de ser guía.
.